sábado, 1 de mayo de 2010

Conociendo a tus ídolos

Hay tantas canciones de Caetano que escuché muchas muchas veces, que me emocionan, me ponen de buen humor, me hacen llorar, me remiten a cosas. Ayer me lo presentaron (le di un beso y le dije "encantadísma") y hoy, luego de su recital INCREIBLe, el solo con esa guitarra cantando todas las canciones que uno quiere escuchar, lo abracé (no mucho, me daba calor) le di un beso, le dije gracias...
Estoy como que no entiendo, como que no sabía que decirle, como decirle a alguien que uno admira que lo admira sin quedar como una idiota, o como un cholulo, aunque está siendo cholulo, como es tan tierno y tan bueno, y es tan genial en el escenario.. Es como que quisiera que sea mi amigo, pero nunca sabría que decirle porque todo el tiempo querría que me cante y que me cuente cosas, y yo no hablar. Es loco como alguien tan lejano, y a la vez tan cercano, porque está presente en muchos momentos de tu vida aunque no lo sepa, de repente esté tres minutos enfrente tuyo y uno no sepa que decirle, y quiera decirle muchas cosas, sin saber bien qué.

1 comentario:

S dijo...

Eso, mi querida amiga, es el arte. Mejor, lo que el arte provoca en usted. Más alla del señor Caetano, esa sensación tan bien descrita de pureza total es el arte (la música en este caso).